Es muy curiosa la reacción que manejan algunas agrupaciones políticas nacionales en torno a la decisición del gobierno de Costa Rica de romper relaciones diplomáticas con Taiwán para iniciar una nueva con la República Popular China.
El expresidente Rafael Angel Calderón al respecto dijo: "Es una traición a los amigos" y el presidente del M.L. Otto Guevara por su parte agregó: "Es deplorable la decisión del Gobierno", según publica uno de los diarios más leídos del país.
Pero vayamos a lo curioso de los discursos. El primero y más ingenuo, quizá, es el del expresidente Calderón, el cual dice que Costa Rica, quien defiende los derechos humanos y condena los regímenes viadores de derechos humanos, ha roto con los amigos de 60 años para abrazarse con un régimen que tiene 60 años de estar violando los derechos humanos del pueblo chino.
Según el expresidente, teníamos que habernos mantenido con nuestros amigos, quienes nos han sido leales.
Me parece ingenua la intervención y su opinión porque en las relaciones internacionales no hay amigos; tampoco existe la cooperación, sino que se negocian intereses.
El mejor ejemplo de que no existen los amigos, lo acaba de dar nuestro país. Es cierto que Taiwán ha cooperado mucho con el país, ha financiando escuelas, y cofinanciado proyectos de infraestructura, pero el realismo nos hace ver que comercialmente es más conveniente tener una relación diplomática con la quinta parte de la población del planeta, la potencia emergente de más rápido crecimiento económico y además miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
La supuesta relación de amistad, es necesaria para Taiwán quien necesita reconocimiento internacional y para ello practica la conocida "política de la billetera" con la cual compra el reconocimiento de países pequeños (Kiribatí, Tuvalú, Islas Salomón, Saint Kitts & Nevis, El Salvador, Gambia y otros 16 más) a cambio de proyectos de cooperación. En países como Costa Rica hasta pagaron salarios de funcionarios de la Cancillería de la República, entre quienes se mencionó como beneficiada a la hija del expresidente Pacheco.
Más absurdos pueden ser los argumentos del libertario Otto Guevara para rechazar las relaciones diplomáticas con China. Según afirma:
1. "Costa Rica no debería aceptar condicionamientos de nungún tipo a ningún país" (la cabeza de Taiwán)
2. "Se está decidiendo romper con un país libre, democrático, un país que respeta los derechos humanos para establecer relaciones con un país que viola derechos humanos, un país donde no se respetan libertades individuales, un país donde no hay democracia"
Consideremos estas variables: condicionamientos; democracia; derechos humanos; libertades individuales en las relaciones con China y comparémolas con las relaciones con los Estados Unidos.
Si en realidad Costa Rica valora todos estos principios y otros, cómo es que sí se firman tratados de libre comercio con los Estados Unidos, que tiene comprometida su imagen por los derechos humanos de los prisioneros en Guantánamo?; ¿cómo es que sí se aceptan los condicionamientos del TLC para la apertura de nuestras instituciones estatales?; ¿cómo es que no importa que se violen las libertades individuales en los EEUU desde que comenzó la "guerra contra el terrorismo"?; ¿cómo es que se firman tratados con ese estado que se mantiene al margen del derecho internacional y que no responde por crímenes de guerra en Kosovo o en Viet-Nam y que encima nos condena por ser parte del Tribunal Penal Internacional? (atentando contra nuestra soberanía). ¿Cómo es que no decimos nada cuando aparecen en la tele soldados estadounidenses haciendo vejaciones contra prisioneros de guerra?
¿Cómo es que no se rompieron relaciones diplomáticas con Chile durante la dictadura?
¿Cómo es que no cuestionamos a los EEUU por el fracaso de Kioto y por su posición en la cumbre del G8 para la reducción de gases de efecto invernadero?
Entonces ¿le importa a Costa Rica, en realidad, la situación de los derechos humanos en otros países? Creo que no; simplemente se acomodan los discursos a los intereses que cada fuerza política tenga, y que cuando hay que hacerse de la vista gorda ante estas situaciones, se hace, porque se valora el costo político y aterrizamos de nuevo en el Realismo.
jueves, 7 de junio de 2007
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